EUROPA PRESS
8 marzo 2011
La dieta mediterránea
mejora los factores de riesgo del síndrome metabólico
La dieta mediterránea tiene efectos beneficiosos no sólo en
lo referente al síndrome metabólico sino también sobre sus componentes
individuales que incluyen circunferencia de cintura, niveles de colesterol HDL,
de triglicéridos y de presión sanguínea y el metabolismo del azúcar, según un
estudio de la Universidad de Harokopio en Atenas
(Grecia) que se publica en la revista 'Journal of the American
College of Cardiology'.
El
estudio es un meta-análisis que incluye resultados de
50 estudios sobre la dieta mediterránea, con una población global media de
alrededor de medio millón de personas.
Según
explica Demosthenes Panagiotakos,
director del estudio, "la prevalencia del
síndrome metabólico está aumentando de forma rápida en todo el mundo, en
paralelo con el aumento de la incidencia de la diabetes y la obesidad, y se
considera ahora un importante problema de salud pública". La dieta
mediterránea se caracteriza por un consumo elevado de ácidos grasos monoinsaturados, sobre todo procedentes del aceite de
oliva; un consumo diario de fruta, vegetales, cereales integrales y productos
lácteos bajos desnatados; un consumo semanal de pescado, aves, frutos secos y legumbres;
un consumo relativamente bajo de carne roja; y un consumo diario moderado de
alcohol, sobretodo en las comidas.
Según
señala Panagiotakos, la dieta mediterránea es una de
las más conocidas y se ha asociado con una menor mortalidad de todo tipo,
menores riesgos de enfermedad cardiovascular, diabetes tipo 2, obesidad y
algunos tipos de cáncer. Además, tiene efectos beneficiosos sobre la grasa
abdominal, los niveles de lípidos, el metabolismo de la glucosa y los niveles
de presión sanguínea, que son también factores de riesgo del desarrollo de
enfermedad cardiovascular y diabetes. Los efectos antioxidantes y antiinflamatorios de la dieta mediterránea al completo, así
como los efectos de los componentes individuales de la dieta, y en especial
aceite de oliva, frutas y vegetales, cereales integrales y pescado, también
confieren su papel beneficioso a este patrón.
"Hasta
donde sabemos, nuestro estudio es el primer trabajo que ha evaluado
sistemáticamente, a través de un gran meta-análisis, el papel de la dieta
mediterránea sobre el síndrome metabólico y sus componentes", apunta Panagiotakos.
El
investigador indica que estos resultados se añaden a los existentes y
demuestran el papel protector y la importancia que tienen los factores del
estilo de vida y principalmente los hábitos dietéticos cuando se trata del
desarrollo y progresión del síndrome metabólico.
Panagiotakos sugiere que promover la adherencia a un patrón dietético sano como el
de la dieta mediterránea, así como adoptar un estilo de vida activo, parecen
ser una piedra de toque en el desarrollo de las estrategias de salud pública
para prevenir el síndrome metabólico.